sábado, 21 de noviembre de 2009

Tres de los cuatro







Tres de los cautro Calles mayores....después de mucho tiempo de no estar juntitos

2 comentarios:

Francis dijo...

Felicito la calidad de las fotografías de los rostros de mis hermanos y doy gracias a Camila CALLES por exhibirlas aquí. Las fotos están lindas y mis hermanos están bien. No cambiaron los rasgos fundamentales de sus caras y han envejecido con dignidad. Como yo, sus cabellos se han teñido de blancura, plenitud del espectro de colores, superposición de todos los colores (aunque contrariamente se diga que por cuestiones hormonales su cabello se ha desteñido). La luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores dando lugar al arco iris, la conjunción de todos los colores en el espectro electromagnético. En la historia de cada ser humano y de toda la humanidad la maduración es un anhelo, una vocación, el momento de la plenitud con los frutos y semillas que contienen la genética de la vida. Como dice el Eclesiastés (3,1) «Todo tiene su tiempo y sazón...». Cada momento de la vida tiene su propia sazón: en la madurez adquiere un significado distinto. Madureser es completar el ciclo de nuestra vida, es un momento nuevo, un desafío, para superar las decepciones, que procedieron de los acontecimientos de la vida y de nuestras propias limitaciones, para hacernos no desistir de las pretensiones de un otro mundo posible nuevo y mejor – una realidad que llega, inédita y posible, con vías abiertas a la justicia y la vida digna –, atrayendo y contagiando un estilo de vida y de esperanza, vivenciado en la generosidad y entrega que sólo las personas maduras, en su largo atardecer de la vida, pueden vivenciar con más libertad desde un reordenamiento nuevo de sus afectos (cambiando el objeto de deseo de su corazón). La madurez implica mirar atrás con agradecimiento y un aprendizaje en el desprendimiento de lo construido, pero también es apostar por lo nuevo, confiando en las personas más jóvenes que lo realizaran (sabiendo que a cada generación le toca responder a sus propios interrogantes y que en la madurez de la vida, con otros ojos, abriendo nuestra mirada a la verdad de los demás, se puede mirar más adecuadamente el nuevo mundo que surge desafiando a las generaciones siguientes), también es crecer en la esperanza desde nuestro barro agrietado, desde la herida que no sana, conocedores por experiencia de que no se puede vivir desprendido de esas grietas y heridas, pues hacen parte de nuestra condición humana. Una experiencia sólo aprendida en la vivencia dolorosa de las crisis, los conflictos y la fragilidad. La madurez también entraña vivir de otro modo el desafío de ayudarnos unos a otros, como una tarea colectiva, en comunidad, principalmente en familia, una experiencia humilde que implica cambiar en los roles sociales y en lo acentos, conllevando muchas veces la conversión a receptor dialéctico de la ayuda, solidaria y fraternal.
En las fotos reveo con alegría las carcajadas de Carlos, la expresión maliciosa de Luis y la expresión fotográfica de José. Nunca imagine como serían nuestros rostros con el pasar del tiempo; tampoco como serían nuestras historias de vida, los rostros y vidas de nuestros descendientes, el rumbo y trayecto de nuestros personales caminos. Ahora, esas tres fotos son una síntesis de TRES VIDAS MADURADAS.

Anónimo dijo...

que alegria saber que la familia calles esta diseminada en otros lugares soy DARWIN CALLES DE VENEZUELA Y UNO DE LOS DE LAS FOTOS ES TAN IGUAL A UN TIO QUE TENGO RUBEN CALLES QUIEN ES HIJO DE SANTANA CALLES AQUI ESTAMOS SUPER FELICES LA FAMILIA CALLES. MI CORREO ES darwincalles@hotmail.com